
Él fue quien lo innovó (estoy casi seguro), lo inculcó en una sociedad donde el orden de los factores si altera el producto o mas bien las relaciones de pareja. Que en la actualidad se pueda apreciar vínculos similares es otra cosa. Había que romper el molde para que este movimiento pudiese ejercerse libremente y sin prejuicios. Pues, nuestro amigo lo hizo posible. Voy a comenzar a relatarles la historia desde donde la recuerda mi frágil memoria...
Fuimos a su casa para un cumpleaños familiar y lo vimos con su novia Natacha muy enamorados. A los cuantos meses lo cruzamos en la vereda para charlar un rato de todo un poco. Le preguntamos por su media naranja y nos dijo que “estamos saliendo”. Nos pareció raro y poco convencional pero la dejamos pasar. Con el correr del tiempo ,y con él las agujas del reloj, lo volvimos a divisar en un bar y entre charlas banales volvió a salir el tema de Natacha, a lo que argumentó “Ahora somos amigos”. Fue ahí cuando nos cayó la ficha, lo percibimos con certeza: nuestro amigo estaba teniendo una relación Benjamin Button.
Lo establecido es conocerse, salir y, si se llega a tal punto, el noviazgo (con algunas otras instancias más comprometedoras a posteriori). Pero este ser rompió todas las barreras impuestas, eligió el orden de atrás para delante y no le fue mal. Hoy hay muchos adeptos que siguen por el mismo camino y las relaciones Benjamin Button se pueden observar a la vuelta de la esquina. Pero nuestro amigo fue el primero (estoy casi seguro, según mi frágil memoria).