En un rincón oscuro de la burocracia estatal, se alzaba la entidad conocida como PAMI, un supuesto baluarte de la asistencia médica gratuita para los más necesitados. Sin embargo, tras la fachada de generosidad se escondía una maquinaria implacable diseñada para desgastar a los enfermos y sus familiares hasta la extenuación.

María, una mujer de edad avanzada, recibió un diagnóstico devastador: cáncer en etapa avanzada. Su esperanza se desvaneció rápidamente cuando se topó con las interminables trampas de PAMI. Lo que inicialmente parecía una luz de ayuda se convirtió en un laberinto de papeleo y trámites incomprensibles.

El calvario comenzó con la solicitud de autorizaciones para procedimientos médicos esenciales. María y su familia entregaron un sinfín de documentos, desde informes médicos hasta formularios interminables, solo para recibir respuestas automáticas que decían: "Su solicitud está siendo procesada". Los días se convirtieron en semanas, y las semanas en meses.

Cada vez que la familia de María intentaba obtener información, se enfrentaba a una pared de excusas: "El sistema está caído", "Su caso está en revisión", "Debe esperar pacientemente". La cama que prometieron llegó con meses de retraso, y el oxígeno vital para María se convirtió en una ilusión lejana.

La salud de María se deterioraba mientras PAMI continuaba su cruel juego. Atrapada en un interminable circuito burocrático, María veía cómo el tiempo se deslizaba entre sus dedos. Desesperada, su familia se vio obligada a gastar sus ahorros en profesionales médicos privados para obtener algo de alivio.

La historia de María no era única. A su alrededor, otros ancianos y enfermos también eran víctimas de la maquinaria despiadada de PAMI. La entidad había perfeccionado el arte de cansar y desesperar a aquellos que más necesitaban ayuda, asegurándose de que la mayoría no sobreviviera lo suficiente como para recibir la asistencia prometida.

En los pasillos silenciosos de PAMI, los expedientes se acumulaban, las llamadas desesperadas se ignoraban y las vidas se perdían en el abismo de la negligencia burocrática. Mientras tanto, el mundo seguía viendo a PAMI como un faro de generosidad, sin darse cuenta de la tragedia que realmente se escondía detrás de su fachada.

(texto escrito por ChatGPT3 . Se lo pedí haciendo referencia a una experiencia muy cercana)