En Argentina, el gobierno y la población se dedican permanentemente a jugar a un juego sínico similar al del gato y el ratón.

Los gobiernos al pasar los años cada vez le han agarrado más cariño a la inflación de los precios y a la devaluación de la moneda. El poder de imprimir nuevos pesos se encuentra centralizado en el "Banco Centrarl de la República Argentina". Nadie sabe a ciencia cierta bajo qué criterio se imprime cada vez más dinero, pero lo que sí se sabe es que los gobiernos emparchan todos sus problemas económicos imprimiendo dinero fresquito para tapar todos los parches fiscales, lo que hace que el barco no se hunda.

Sin embargo todo ese dinero nuevo se inyecta de forma sigilosa en la economía, y mientras más miles de millones de pesos son impresos, más cae el valor de la moneda nacional, más suben los precios, y más malestar se genera en la población. Sin embargo ningún político ni representante del pueblo parece interesado en controlar la emisión monetaria, ya que si esto se regularizara, el gobierno no podría cumplir con sus obligaciones de pago y debería... ¿Aumentar los impuestos?

¿Te imaginás un país con políticas transparentes, y donde se respete el dinero que la población se ha sabido ganar?

Algunos humanos globales se sienten identificados con la lucha del pueblo latinoamericano, ya que al tener una política tan débil es tierra fértil para los tiranos políticos y buitres financieros que no les importa asfixiar a un país en busca de beneficios de cualqueir tipo y a cualquier precio.

Lo importante es decidir que la educación financiera es importante para la cultura latinoamericana y que debería ser incluída en la educación básica elemental de todo el territorio, para así prevenir que sigan engañando, manipulando y estafando a la población a través de la impresión de dinero.

Otras alternativas puede ser abandonar la moneda local, utilizarla solo para lo imprescindible, y comenzar a utilizar un dinero descentralizado como lo es Bitcoin, un dinero fuera del alcance de las garras del estado, un dinero con el que se pueda ahorrar y valga la pena trabajar por él.